La tendencia de empaques para alimentos ha venido desplazándose, desde los originados en plástico a los de papel y cartón con componentes biodegradables. Se asume que hay un incremento del 35 por ciento de éstos últimos, en parte por la presión de los grupos ecologistas y por otra de las políticas sostenibles que los países han venido acordando desde la Cumbre de Río en 1992.
La FDA (Food and Drug Administration) ha generado estándares a seguir por parte de la industria con los que pretende mantener apuestas sostenibles para la conservación y el tratamiento de los alimentos, al tiempo que con la FSC (Forest Stewardship Council) han promovido un manual de diseño orientado a producir empaques sostenibles que impacten en la conservación de los bosques y sus maderas.
Esta apuesta por Plástico Cero en los empaques ha tenido repercusión en los últimos tiempos, al ser decretado en la totalidad del territorio francés la prohibición absoluta del plástico en empaques y envases. Esto significa que ningún alimento debe servirse o proveerse en platos, vasos, ni utensilios de este material. La decisión de Francia impactará en el mediano plazo en la totalidad de los países del globo, que deben ceñirse a la legislación ambiental propuesta, precisamente, por el Pacto de París, uno de los más atrevidos en cuanto a conservación y sostenibilidad del medio ambiental.
Los empaques ecológicos para alimentos, como tal, son un primer paso para implementar conciencia ambiental en lo referente a la alimentación y al reciclaje de los residuos en fuente. Como hemos señalado, al ser altamente personalizables, estar cosidos en almidón de yuca y bases de agua, y ser totalmente biodegradables, son la opción número uno para todas aquellas empresas de alimentos que quieran incursionar de manera definitiva en el campo de la sostenibilidad.
Imagine sus productos en cajas plegadizas que puedan ser recicladas con nulo impacto en el medio ambiente. No sólo contribuiría con propósitos comunes a la Humanidad sino que también produciría un ahorro en sus costos de producción empresarial que serían positivos, por ejemplo, para el desarrollo de otros productos relacionados con el campo de acción de su empresa.
¿O qué tal una estrategia con material POP biodegradable? No sólo útil para impacto publicitario sino también un mensaje claro e innovador que marcaría tendencia en el consumo de alimentos. Recuerde que el posicionamiento de las marcas y la preservación de su legado atienden ahora a los criterios de responsabilidad empresarial corporativa. Así que no descuide el Top of Heart de su base de usuarios, nunca antes tan sensible al cambio climático global.
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